La realidad les da en el blanco

Uno de los deportes que se suma a la larga lista de actividades poco difundidas y difíciles de costear es el tiro con arma. Es una de las disciplinas que aporta mayor cantidad de medallas en un juego olímpico y sus competidores no tienen límite de edad para practicarlo. Aún así, parece que solo importan los logros en eventos de índole mundial.

El tiro deportivo ha estado presente en los Juegos Olímpicos modernos desde su primera edición y Rio de Janeiro no será la excepción: se realizarán 15 pruebas diferentes entre el 6 y el 14 de agosto en el Centro Nacional de Tiro, donde estarán las dos especialidades de este deporte: tiro de precisión y tiro al plato. La delegación argentina cuenta con 5 representantes de esta actividad, 3 mujeres y 2 hombres.
Es uno de los deportes que más medallas reparte, con un total de 15 por Juego Olímpico. Si los competidores se mantienen activos y entrenando de la manera correcta, pueden llegar a participar de este evento hasta cinco veces, ya que no hay un límite de edad que impida practicarlo. La brecha etaria de los concursantes argentinos va desde los 15 a los 39 años.
Existen distintos tipos de armas con los que se llevan a cabo las competencias, como el rifle de aire, pistola o escopeta. Para los atletas argentinos, no es una cuestión de gustos o comodidades la elección de qué arma utilizar, sino una realidad económica. Se necesitan platos descartables y cartuchos para poder llevar a cabo la preparación de la práctica.
El entrenador de la Selección Argentina de tiro con arma larga, Ariel Martínez, dio a conocer en el programa radial “El Podio” los costos de los elementos que utilizaron los atletas nacionales para entrenar de cara a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015: “Una caja de cartuchos para escopeta sale entre 80 y 100 pesos, y para un entrenamiento hacen falta cinco cajas. Son 500 pesos, más los platos descartables. Un entrenamiento sale entre 600 y 650 pesos, y mínimo son cuatro entrenamientos por semana. Por eso es más fácil que se dediquen a rifle o a pistola, dónde una lata de 500 balines está 60 pesos y necesitás 100 o 125 por entrenamiento”.
Además de ello, Argentina se encuentra por detrás del nivel tecnológico con el que cuentan los países del resto del mundo: Perú, Chile, Brasil, Colombia, Venezuela y Ecuador tienen blancos electrónicos. Brasil cuenta con 180 blancos de este tipo en un solo polígono, mientras que Argentina solo contó con 20 en total para la preparación de los atletas en 2015. Estados Unidos es la principal potencia en este deporte, ya que además de la tecnología corre con la ventaja de que la mayoría de sus competidores de tiro son militares, por lo que les resulta más sencillo el manejo de armas.
Por otra parte, la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) en 2011 propulsó la práctica de este deporte y mejoró notablemente su calidad. Importó dos rifles de primera generación para que los atletas pudieran entrenar y competir, y no sucediera lo que ocurrió en 2014 cuando Rosendo Velarde ganó una medalla de plata en los Juegos Sudamericanos de Santiago con un rifle prestado. El ENARD también brindó becas a los atletas para que puedan costear la actividad.
Estas son algunas de las problemáticas que el tiro debe afrontar en la actualidad, sumado a la poca difusión por parte de los medios de comunicación masivos que muestran en escasas ocasiones los logros obtenidos por los atletas. Con políticas deportivas y un Estado presente a través del ENARD, el tiro y otras tantas disciplinas podrán salir adelante y recibir la atención que merecen.

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