El camino de la suavidad

El Judo, de origen japonés, es un deporte de combate en el que dos contendientes, denominados judocas, se enfrentan en un combate cuerpo a cuerpo utilizando proyecciones (o derribos) e inmovilizaciones contra el adversario.

Esta disciplina fue creada por el maestro Jigoro Kano ( 1860-1938 ). Este hizo hincapié en los principios filosóficos del judo, la adición de los métodos de la educación física, intelectual y moral, lo que elimina muchas de las partes peligrosas de jujitsu (Arte Marcial del cual el Judo es derivado). Kano creó la primera escuela o Dojo en 1882.

En japonés la palabra ju -do significa «el camino de la suavidad», en referencia a la historia de la rama de un árbol que  se ‘dobla’ bajo el peso de la nieve y no se rompe. Sin embargo, aunque los episodios de cinco minutos son suaves, esto no significa que no requiera de habilidad y fortaleza física. El entrenamiento de este deporte es tan fuerte como el de cualquier deporte de contacto pleno.

El ingreso de esta disciplina a los Juegos Olímpicos se produjo en  Tokio 1964 cuando los asiáticos comenzaban la recuperación de la devastación provocada por la Segunda Guerra Mundial y querían mostrarse al resto del mundo como potencia no solamente en las disciplinas olímpicas, sino también económica (los gastos para los Juegos superaron los 3.000 millones de dolares).

En esta primera participación del Judo dentro de los Juegos, este deporte se dividió en cuatro categorías: Peso Liviano, Peso Medio, Peso Pesado y Categoría Libre; todas masculinas. El Judo femenino se introdujo por primera vez recién en Barcelona 1992.

Los japoneses, por cuestiones marciales y de honor estaban simbólicamente obligados a ganar en todas las participaciones. Pero esto no sucedió así, si bien en las primeras tres categorías lograron conseguir la ansiada dorada –Takehide Nakatani (peso ligero), Isao Okano (medio) e Isao Inokuma (pesado)-, en la categoría libre, las cosas se complicaron cuando Anton Geesink -111 kg- logró vencer en 9 minutos y 33 segundos a Akio Kaminaga- 107 kg-. El combate se decidió por 30 segundos fatídicos en los que el holandés inmovilizó al nipón con una técnica de kesa-gatame (inmovilización en el suelo) a su rival japonés en la final olímpica.

Los dos contendientes de la categoría libre ya se habían enfrentado tres años antes en el mundial de Judo en París, y el victorioso también fue el holandés, quien había cambiado la historia al consagrarse como el primer campeón mundial no japones dentro de esta disciplina.

Previo a la competencia, había dos judocas en condinciones de medirse contra Geesink: Isao Inokuma (70 kg) y Akio Kaminaga. El segundo fue el elegido a pesar de que ya había perdido con el holandés por el campeonato mundial.

Por aquel entonces se generaron diversos rumores en los que se dijo que Kaminaga se iba a suicidar, pero lo que en realidad pasó es que  fue expulsado del equipo nacional, pero volvió a él después y fue entrenador en Munich ´72 y Barcelona ´92.

Gracias al resultado de estos juegos ,y el avance de las telecomunicaciones, se logró darle popularidad al Judo fuera del territorio japonés.

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